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#Questão 1134216 - Língua Espanhola, Artigos | Artículos, VUNESP, 2025, SEDUC-SP, Professor de Educação Básica II - Espanhol

Al observar el enunciado “Creo que lo peor ya pasó” se advierte que el artículo neutro permite 

Texto 15A4-III

        Cuando se tienen hijos, la noche cambia de significado. De bebés se tiene la esperanza de que más tarde o más temprano acaben regulando el sueño para poder dormir. Lo que uno no espera es que la batalla por irse a la cama dure hasta la adolescencia. Los adolescentes tienen que dormir más que un adulto. La horquilla de horas que deberían descansar cada noche está entre las ocho y las diez. Pero pocos cumplen con esto.

        El pediatra Óscar Sans lo explica: «Cuando llega la preadolescencia o la adolescencia, los jóvenes sufren muchos cambios físicos y hormonales. Y una de las cosas que les pasan es que se transforman. Su ritmo circadiano, este ritmo de 24 horas que nos marca el estar despierto y el estar dormido, se alarga. Y lo que vemos, dicho a grandes rasgos, es que se vuelven más nocturnos».

         «No pueden fisiológicamente conciliar el sueño a la hora que era habitual», apoya María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctoral. Ella apela a la comprensión de este fenómeno para evitar esas broncas diarias que no benefician ni a padres ni a hijos. «Segregan melatonina, que es una hormona que secreta la glándula pineal y que nos da el pistoletazo de salida para el proceso del sueño, más tarde que los adultos», prosigue. Eso quiere decir que el sueño le va a entrar sí o sí más tarde. Y da igual si hemos conseguido que se vayan a la cama o no.

         Los adolescentes segregan melatonina más tarde que los adultos. Y precisamente aquí es donde entran en juego las pantallas. «Las que tienen una luz del espectro azul que retrae la melatonina», advierte Sans. Y como no encuentran el sueño, se ponen a enredar por puro aburrimiento, todavía retrasan más la aparición natural de la somnolencia. «Parece ser que son, además, más sensibles que los adultos a estos estímulos, incluida la pantalla de la televisión», añade Bonmatí.

         Los horarios normales de la sociedad también juegan en contra de los adolescentes. A las ocho ya suena el timbre de la primera clase del instituto. Habría que intentar que los adolescentes no lleguen dormidos. «Un buen consejo es que vayan andando a clase», recomienda Sans. Si está muy lejos, pues un ratito a pie y otro en el medio de transporte que sea necesario.

         Otra recomendación sería no poner a primera hora las asignaturas más duras o tediosas, sino las que les vayan a estimular. Y fijar los exámenes en el momento de la semana en el que tengan un mayor rendimiento: «Mejor un miércoles que un lunes».

         Verdades y mentiras de dormir bien: i) la trampa del fin de semana. «El sueño que los adolescentes pierden entre semana no lo recuperan el fin de semana. No hay que dejarles que duerman todo lo que quieran», alerta el neurofisiólogo Óscar Sans; ii) ojo con la cena. Ni comidas muy copiosas y con grasas, ni mucho líquido en la cena.

Razones por las que los adolescentes se van tan tarde a la cama.
Internet:<elcorreo.com>  (con adaptaciones).

A partir del texto 15A4-III, juzgue lo ítem a seguir.


En el enunciado «la trampa del fin de semana» (último párrafo), el término marcado es una contracción formada por la preposición «de» y el artículo masculino «el».

Texto 15A4-III

        Cuando se tienen hijos, la noche cambia de significado. De bebés se tiene la esperanza de que más tarde o más temprano acaben regulando el sueño para poder dormir. Lo que uno no espera es que la batalla por irse a la cama dure hasta la adolescencia. Los adolescentes tienen que dormir más que un adulto. La horquilla de horas que deberían descansar cada noche está entre las ocho y las diez. Pero pocos cumplen con esto.

        El pediatra Óscar Sans lo explica: «Cuando llega la preadolescencia o la adolescencia, los jóvenes sufren muchos cambios físicos y hormonales. Y una de las cosas que les pasan es que se transforman. Su ritmo circadiano, este ritmo de 24 horas que nos marca el estar despierto y el estar dormido, se alarga. Y lo que vemos, dicho a grandes rasgos, es que se vuelven más nocturnos».

         «No pueden fisiológicamente conciliar el sueño a la hora que era habitual», apoya María Ángeles Bonmatí, investigadora postdoctoral. Ella apela a la comprensión de este fenómeno para evitar esas broncas diarias que no benefician ni a padres ni a hijos. «Segregan melatonina, que es una hormona que secreta la glándula pineal y que nos da el pistoletazo de salida para el proceso del sueño, más tarde que los adultos», prosigue. Eso quiere decir que el sueño le va a entrar sí o sí más tarde. Y da igual si hemos conseguido que se vayan a la cama o no.

         Los adolescentes segregan melatonina más tarde que los adultos. Y precisamente aquí es donde entran en juego las pantallas. «Las que tienen una luz del espectro azul que retrae la melatonina», advierte Sans. Y como no encuentran el sueño, se ponen a enredar por puro aburrimiento, todavía retrasan más la aparición natural de la somnolencia. «Parece ser que son, además, más sensibles que los adultos a estos estímulos, incluida la pantalla de la televisión», añade Bonmatí.

         Los horarios normales de la sociedad también juegan en contra de los adolescentes. A las ocho ya suena el timbre de la primera clase del instituto. Habría que intentar que los adolescentes no lleguen dormidos. «Un buen consejo es que vayan andando a clase», recomienda Sans. Si está muy lejos, pues un ratito a pie y otro en el medio de transporte que sea necesario.

         Otra recomendación sería no poner a primera hora las asignaturas más duras o tediosas, sino las que les vayan a estimular. Y fijar los exámenes en el momento de la semana en el que tengan un mayor rendimiento: «Mejor un miércoles que un lunes».

         Verdades y mentiras de dormir bien: i) la trampa del fin de semana. «El sueño que los adolescentes pierden entre semana no lo recuperan el fin de semana. No hay que dejarles que duerman todo lo que quieran», alerta el neurofisiólogo Óscar Sans; ii) ojo con la cena. Ni comidas muy copiosas y con grasas, ni mucho líquido en la cena.

Razones por las que los adolescentes se van tan tarde a la cama.
Internet:<elcorreo.com>  (con adaptaciones).

A partir del texto 15A4-III, juzgue lo ítem a seguir.


El vocablo destacado en «Lo que uno no espera» (primer párrafo) es un artículo neutro. 

O texto seguinte servirá de base para responder à questão.

¿Cuándo llegará el tiempo de los inocentes? 


Esta pregunta la hago yo reforzando lo que dijo Antonio Soler al recibir el Nadal, en 2004, al traer a la luz su novela El camino de los ingleses, en la que cuenta la historia (con 'h' minúscula porque pertenece a nosotros, como ha asegurado el escritor en la misma fecha) de un poeta que jamás ha escrito un verso; una mujer que hizo una publicidad de talco en polvo y se creía la actriz Lana Turner; una joven que soñaba ser bailarina profesional pero apenas consiguió clases gratuitas de samba en un bar nocturno y un muchacho que justificaba el abandono por el padre imaginando que una noche tormentosa lo había llevado y que la lluvia lo devolvería, como a las ranitas, ubicado en un sitio cualquiera; esos son alguno de los personajes de esta novela. Personajes que viven entre la adolescencia y la edad adulta y se debaten entre la inocencia y la madurez intentando ilusionarse con el presente por idealizar un futuro quimérico. La versión para el cine, rodada en 2006, conserva el mismo nombre pero a los personajes se les da otra cara, todo bajo la óptica del director Antonio Banderas, que lanza mano de otras representaciones como es usual cuando se transpone un género a otro.


El escritor explica en una entrevista al periódico El Mundo (España) que ese trabajo no es el más vanguardista sino que es la novela más clásica, lineal y abierta.


Explica aun que intenta "huir de los convencionalismos y la escritura correcta, [porque] son la tumba de los escritores." Lo que se deprende de esa afirmativa es que sus novelas siguen siendo llamadas 'marginales por transgredir procedimientos convencionales.'


http://www.infoescola.com/livros/el-camino-de-los-ingleses/



Marque a alternativa que não destaca um artigo definido.

El mayor estudio de la felicidad en el mundo: «Las buenas relaciones nos mantienen más sanos y felices. Punto»

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(Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es – texto adaptado especialmente para ese examen).


En la locución “lo más importante” (l. 01) se emplea el artículo de la misma forma que en la frase: 

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